Emprender en digital: un boom desde la pandemia.
Si aquello a lo que te dedicas es algo que pueda llegar a más personas y venderse a través de una pantalla, entonces puedes emprender en digital. Sólo necesitas un ordenador y conexión a internet, ¿qué más da desde dónde lo hagas y a qué hora?
Las posibilidades de este mundo son infinitas. Por su puesto, hay que bajar a tierra y no fantasear de más. Esta forma de trabajar y hacer negocio tiene sus negros, blancos y grises y necesita ciertas dosis de X cosas para que funcione.
No es tan bonito como lo pintan, pero podemos hacer que lo sea.
Realmente, lo malo del teletrabajo con absoluta libertad (cuando eres totalmente autónomo y tú te autogestionas) es que es fácil perderse si uno no es muy disciplinado. Te cuento en qué nos perdemos con facilidad.
El lugar sí importa. También las personas.
Eso de trabajar desde casa tiene su punto hasta que sientes todo ocurre en el mismo lugar…trabajo, deporte, zona de descanso…Por ahorrar tiempo y dinero en desplazamientos y hacer otras cosas fuera de casa puedes terminar viviendo en un bucle agotador y, además, muy solitario. No estar físicamente en una oficina con compañeros puede hacer que sientas cierta desconexión del mundo exterior. Sin esos momentos de interacción casual, como el café compartido o las charlas de pasillo, puedes notar que te falta algo más humano en tu día a día.
Para que esto no ocurra, te propongo buscar presencialidad en las otras áreas de tu vida que no sea el trabajo:
- Deporte y ocio. Ve si o sí a hacer deporte a un gimnasio, estudio de yoga, a la calle, a jugar al fútbol y haz planes que implique compartir tiempo y espacio con personas (talleres, ir a exposiciones, apuntarte a algún curso…).
- Coworkings y cafeterías. Ten una cafetería de referencia cerca de casa para de vez en cuando bajar a tomarte algo y cambiar de aires;
- Movimiento y naturaleza. Date algún que otro paseo para movilizar el cuerpo y, si tienes cercar un parque, ve a él. Estar cerca de la naturaleza nos recarga y hace sentir más relajados y con más foco.
El tiempo: nuestro recurso más valioso.
Se nos va la vida y no hemos hecho lo que queríamos. ¿Qué ha pasado? Estar en casa sin la sensación de que formamos parte de una estructura más grande con cierto «control» es muy tentador para distraerse…y si trabajas en digital más, porque la entrada constante de estímulos de todo tipo (notificaciones, redes sociales, aplicaciones de compra, de juegos…) es difícil de evitar.
¿Cómo evitar caer en este ciclo? Aquí van algunos consejos prácticos:
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Usa herramientas para gestionar tu concentración. Aplicaciones como Focus To-Do o técnicas como el time blocking pueden ayudarte a dividir tu día en bloques de tiempo claros, asignando cada uno a tareas específicas. Esto evita que te pierdas en las distracciones digitales.
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Planifica tu día con antelación. Dedica unos minutos al inicio (o final) de tu jornada para definir qué vas a hacer y cuándo. Tener una agenda clara reduce la incertidumbre y aumenta tu productividad.
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Establece límites temporales. Define horarios específicos para trabajar, descansar y realizar otras actividades. Así evitas que el trabajo se extienda más de lo necesario y tengas tiempo para ti.
Los ingresos estables tardan en llegar y hay muchas caídas en el camino. Por eso, si emprendes, hazlo con un plan y con una «situación» que te sirva de sostén (familiar o pareja que trabaje y te apoye, ahorros, rentas…).
A veces cuesta digerir la mentalidad de que los errores son un verdadero aprendizaje y de que detrás de toda gran empresa hubo tres que cayeron en el camino pero que fueron necesarias para llegar a ella.
Y llegó la cara buena: tú decides.
Cierro con lo bueno para que os vayáis con buen sabor de boca. Ten nombro sólo tres tan positivas que son como si furan un listado de diez:
- Flexibilidad horaria y de ubicación. Eso de decidir cuándo y desde dónde trabajas no tiene precio. Puedes elegir a qué hora comienzas y terminas de trabajar, cuando te levantas, cuando te acuestas, cuando comes…Puedes adaptarlo todo a tu propio ritmo de vida y ser más productivo. Sólo necesitas una buena organización y ser riguroso (que no rígido) con los plazos de entrega.
Calidad de vida. Si logras un buen equilibrio entre el tiempo que inviertes en trabajar, el beneficio económico que obtienes por ello y el tiempo que te queda para ti, ganas en calidad de vida. No pasarás la mayor parte de tu tiempo sentado en una silla, entre cuatro paredes, con ritmos de trabajo pocos respetuosos con el cuerpo y poco productivos y contando los días para que llegue el fin de semana. Ojo, que esto también puede ocurrirte con el teletrabajo (ya te lo contaba en el apartado anterior y te daba los tips para evitarlo), la diferencia es que aquí tienes la posibilidad de decidir cómo quieres que sea tu vida y con la voluntad suficiente no caerás en esos errores.
Conocer gente maravillosa. El mundo del emprendimiento digital está lleno de personas creativas y con grandes ideas. Disfrutarás y te nutrirás mucho de ellas y puede que surjan nuevos proyectos que os traigan muchas cosas bonitas.